Pasar a la posteridad con las peores galas. El fenómeno europeo de las transi tumbas.
junio 01, 2021Si son asiduos seguidores de este blog, sabrán que la abajo firmante lleva años detrás del fenómeno transi, obsesionada —casi— por encontrar un ejemplo patrio. Llegados a este punto debería confesarles un secreto: a mí me gustan muchísimo los cementerios y los lugares de reposo eterno, pero los muertos me dan cague. Y las transi tumbas, no hay duda, representan a su inquilino en estado de descomposición más o menos avanzado.
Pero, al margen de estudiar los entresijos de mi mente, lo que realmente me pregunto es ¿qué movería a aquellas personas a retratarse para la eternidad de la peor de las maneras posibles, pudriéndose y en algunos casos llenos de fauna mortuoria? Voy a intentar explicar mi punto de vista a dicha rareza. Pónganse cómodos que va para largo.
[El siguiente post complementa una charla divulgativa que ofrecí el pasado 16 de mayo de 2021 organizado por Cementerios Patrimoniales de España. Tienen aquí el link e incrustado el video al final del post, por si quieren ahorrarse la lectura. Aunque les advierto: los finales, a modo de Elige tu propia historia, son diferentes.]
¿QUÉ ES EXACTAMENTE UNA TRANSI TUMBA?
Para los que no lo recuerden o simplemente es la primera vez que se pasan por esta casa, podríamos definir transi tumba a la representación funeraria del fallecido como un cadáver, habitualmente tendido, en estado de descomposición.El apelativo transi viene del francés antiguo transir que significa morir. A su vez, la palabra francesa también es un verbo del castellano, casi en desuso, para enunciar lo mismo. Seguramente las raíces de ambas procedan del término en latín transire que habla de transformación y de ir más allá. En los países anglosajones las transi son también conocidas como cadaver tomb.
Los estudiosos de la materia utilizan ambas acepciones para hacer referencia a lo mismo. Yo me quedo con la palabra transi, entre otras cosas porque los hispanoparlantes tenemos una bellísima voz —tránsito— para hablar del cambio de vivo a muerto.
Las figuras que aparecían en las sepulturas de clérigos, nobles y demás gente de poder hasta que las transi prorrumpieron en el panorama funerario de la Baja Edad Media, a finales del siglo XIV, se representaban habitualmente recostadas o tumbadas de manera idealizada. Este tema daría para tesis doctoral, así que, por sintetizar, en las tumbas medievales uno se hacía retratar con la mejor ropa de domingo y/o con los atributos con los que quisiera pasar a la posteridad. Algunas personas, incluso, se personificaban en plena juventud —alrededor de los treinta y tres años— aunque hubieran pasado a mejor vida con más edad que Matusalén. A este tipo de yacentes, por diferenciarlos de sus análogos en descomposición o transi, se les denomina en el mundillo académico gisants.
Las figuras que aparecían en las sepulturas de clérigos, nobles y demás gente de poder hasta que las transi prorrumpieron en el panorama funerario de la Baja Edad Media, a finales del siglo XIV, se representaban habitualmente recostadas o tumbadas de manera idealizada. Este tema daría para tesis doctoral, así que, por sintetizar, en las tumbas medievales uno se hacía retratar con la mejor ropa de domingo y/o con los atributos con los que quisiera pasar a la posteridad. Algunas personas, incluso, se personificaban en plena juventud —alrededor de los treinta y tres años— aunque hubieran pasado a mejor vida con más edad que Matusalén. A este tipo de yacentes, por diferenciarlos de sus análogos en descomposición o transi, se les denomina en el mundillo académico gisants.
Existe una tercera variante estatuaria del tiempo en el que las transi pegaron fuerte: los orantes o priants. Son nuevamente retratos idealizados del fallecido, pero en vez de aparecer tumbados, como dormidos en espera de la resurrección, aparecen arrodillados en actitud de oración. Su uso no es muy común a nivel transi tumba salvo en Francia.
Estos tres tipos de figuras nos van a facilitar la clasificación de las transi tumbas en función de la colocación de las mismas dentro del conjunto. La condición sine qua non es que aparezca el yacente putrefacto, pero este pude hacerse acompañar o no de su gisant o priant. Cuando la transi va sola es una transi tumba simple; cuando va acompañada, transi tumba doble.
En Gran Bretaña se denomina a la composición doble como double decker cadaver tomb ya que su estructura recuerda vagamente a los autobuses de dos pisos londinenses, conocidos por el común de los mortales como double decker (en fin, es el país de los Monty Python, ¡qué más se puede decir!).
Aunque a priori pueda parecernos chocante, algunos autores ponen foco en el Budismo como influencia en el desarrollo del arte macabro europeo. Pekín se había transformado durante el siglo XIII en un importante centro lamaíco. La espiritualidad del lugar provocó efecto llamada entre los europeos a través de las rutas comerciales y allí se presentaron las misiones, especialmente de franciscanos, para pescar creyentes. Estos franciscanos, de vuelta a casa, importaron enseñanzas budistas que se fueron europeizando.
Ejemplo de transi tumba simple de John Baret, † ~1463, construida h. 1450. Iglesia de Santa María, Bury St. Edmunds, Suffolk (Inglaterra). [Foto de Angel Roofs / Twitter (link)] |
Ejemplo de transi tumba doble con gisant en la parte superior de John Fitzalan, VII conde de Arundel † 1435. Capilla Fitzalan, castillo de Arundel, Sussex (Inglaterra). [Foto de Lampman / Wikimedia Commons (link)] |
Ejemplo de transi tumba doble con priants u orantes de Enrique II y Catalina de Médicis, 1570. Basílica de San Denis, París (Francia). |
Quizá huelgue decirlo, pero no se consideran transi las representaciones de la Muerte como personaje o de cadáveres anónimos: tiene que ser un retrato o al menos imaginarse como tal. Me gusta hacer esta aclaración porque algunos textos con los que me he topado por internet no lo dejan patente del todo y se puede confundir fácilmente —yo misma lo he hecho— con memento mori, con danzas de la Muerte o cualquier otro tipo de representaciones macabras. Y, pese a que las transi son también memento mori y que algunas aparecen asociadas a danzas de la muerte, son una manifestación siniestra con sus propias y genuinas características que fueron evolucionando con el paso de los siglos hasta dejar de estar de moda a finales del XVII.
LAS MOTIVACIONES DE ESTOS SEÑORES Y SEÑORAS PARA APARECER DE ESTA GUISA ANTE NOSOTROS_
Describir en cuatro párrafos varios siglos en los se pasó de la Edad Media a la Edad Moderna es una tarea tan compleja como necesaria para poder entender qué les pasaba por la cabeza a los clérigos, nobles y poderosos de aquellos años para hacerse retratar de una forma tan inusitada en sus sepulcros.
En primer lugar hay que hablar de una crisis a todos los niveles. Los episodios históricos más relevantes que marcaron la época fueron la Guerra de los Cien Años (1337-1453) entre Francia e Inglaterra y la Peste Negra (1347-1353, años del pico más alto). Aunque a estos dos hechos hay que añadir periodos de hambruna e innumerables revueltas sociales. Con estos mimbres no cabe duda de que la muerte tuvo que ser un hecho cotidiano para estas gentes que estarían de sobra acostumbrados a ver cadáveres en diferentes grados de putrefacción al abrir una y otra vez fosas comunes para inhumar a los difuntos más recientes.
En la esfera de las creencias también tenían un buen cacao. Desde mediados del siglo XIV los hombres y mujeres viven inmersos en un conflicto ético entre las riquezas que les brindaron años pasados de cierta prosperidad (nacen las ciudades y la burguesía, hay una pequeña revolución agrícola que genera bienestar para más o menos todos...) y la vida ascética que promulgaba el Cristianismo. Se percibe esta desavenencia sobre todo en el tono moralista de los sermones y la literatura del final de la Alta Edad Media que ha llegado hasta nuestros días: Bernardo de Claraval, Anselmo de Canterbury...
Hay que decir que, pese a los sermones, el clero no ayudaba mucho en este sentido puesto que llevaba siglos haciéndose con poder fuera de la propia iglesia, al lado de reyes y nobles, dejando muchas veces de lado su ocupación principal que no es otra que el cuidado de la propia parroquia. Una importante división se abrió en el seno de la cristiandad en plena Baja Edad Media: el Cisma de Occidente o de Aviñón que provocó tener temporadas con dos —incluso tres— papas. Años más tarde todo este desbarajuste culminaría con la Reforma y la Contrarreforma.
Esta situación de pugna constante hace que hombres y mujeres comiencen a mirar hacia el pasado, hacia la idílica Antigüedad Clásica, sobre todo tras la caída de Constantinopla en 1453. Dentro de las esferas intelectuales se vuelve al estudio de los grecorromanos: Aristóteles y sus Investigaciones sobre la naturaleza; Plinio el Viejo, que describe las fases de descomposición de un cuerpo en su Historia Natural...
Quizá estas relecturas de antaño junto a otros aspectos sociales y económicos hicieron que en los últimos siglos de la Edad Media comenzara cierto desarrollo científico. Se puede percibir, por ejemplo, en la ingente producción de bestiarios, aunque tuvieran carácter fantasioso. Un dato significativo para ilustrar el presente post es que fue en 1396 cuando se permitió por primera vez diseccionar un cuerpo humano. Seguro que habrían habido unas cuantas biopsias con anterioridad, pero legales, ergo permitidas, hasta ese momento ninguna.
En la esfera de las ideas el Neoplatonismo y su conocida visión del hombre como un conjunto compuesto de alma (pura, ideal) y cuerpo (corrupto, pecaminoso) —tan importante para entender este tipo de enterramientos— se hace hueco entre otras corrientes filosóficas de la época (Aristotelismo y Nominalismo).
El relato especular del Encuentro entre los Tres Vivos y los Tres Muertos, que tan de moda se puso en el siglo XV, no deja de ser una adecuación a la occidental, con dosis ingentes de temor de Dios y miedo a la condena eterna, de los Cuatro Encuentros del príncipe Siddharta antes de transformarse en Buda. Las danzas macabras europeas semejan adaptaciones de las Papiyam o danzas de esqueletos y demonios de la muerte budistas y de los Citipatis, dos espíritus tántricos que protegen los cementerios en un baile desenfrenado.
Como iba diciendo, el uso de fauna mortuoria es característica de las transi tumbas alemanas, aunque también se puede ver en algunas inglesas y belgas. Que se utilice uno u otro animal —normalmente sapos, lagartos, serpientes y gusanos— es bastante aleatorio en la mayoría de las transi germanas, pero no en la del señor de la Sarrà puesto que algunos autores suelen hacer énfasis en la estratégica colocación de los sapos en ojos, boca y zona genital. Dicha distribución puede ser que quiera mostrarnos los pecadillos por los que el señor de la Sarrà habría de ser penitente en el más allá (a la sazón, gula y lujuria).
Por concluir con el concentrado de circunstancias históricas, filosóficas e influencias que contribuyeron al nacimiento del fenómeno transi en Europa, no podrían faltar ciertos ritos funerarios que se llevaban a cabo durante estos siglos. Especialmente relevante fue el uso de efigies para velar al muerto sustituyendo al cadáver del finado en cuestión. Esta práctica se dio sobre todo en Inglaterra donde el cuerpo era sustituido por una figura de madera que retrataba al fallecido. En Francia se hizo uso también de este hábito funerario, aunque se decantaron por la utilización de cera como material para construir las efigies.
Efigie funeraria de Luis Pimentel y Pacheco, I Marqués de Villafranca, h. 1497. Museo Nacional de Escultura de Valladolid. |
PIONEROS: HUMILDAD Y SALVACIÓN_
Los estudiosos de la materia tienen su propio ranking de transi tumbas precursoras con la que yo no puedo estar más de acuerdo. Suelen coincidir con las primeras en usar su retrato en transi en los países de mayor desarrollo de esta corriente artística, esto es, Francia (Jean de Lagrange), Inglaterra (Henry Chichele), Países Bajos (Pierre d'Ailly) y Alemania (Johan von Sierk).
Así las cosas me he permitido la osadía de hacer mi propia lista de transi influencers que en gran parte coincide con la de los académicos. ¿Por qué no he incluido a d'Ailly y a von Sierk, que sin duda influenciaron a los demás? Porque lamentablemente sus transi están destruidas (en el primer caso por completo) y esto, quién lo diría, es un blog muy visual: queremos ver transi tumbas y las queremos ver ¡ya!
François I de la Sarrà y los bichos
H. 1390
Capilla de San Antonio (conocida como Jacquemard), La Sarraz, Vaud (Suiza)
Autor desconocido
Plano general de la tumba. [Foto de Paul Vionnet, 1903 / Musée de l’Elysée, Lausana] |
Empezamos fuerte con la transi tumba de François I de la Sarrà, una de las primeras medievales conservada y la única que podemos ver en Suiza. Por acotar el terreno, aunque esté geográficamente más cerca de Francia, podríamos incluirla dentro del estilo transi de las tumbas germanas dada la cantidad de bichos que acompañan al difunto.
El buen estado de conservación de esta sepultura se puede deber a que estuvo tapiada durante siglos y apareció gracias a una reforma llevada a cabo en el XIX. A mí personalmente me habría encantado ver la cara que pusieron los obreros al encontrarse semejante yacente.
Sin embargo, también podría estar indicándonos que Francisco de la Sarrà, al fallecer ahogado en un lago y tardar varias jornadas en encontrar su cadáver, apareció con todos estos bichos por encima cuando finalmente fue localizado...
Es interesante señalar la existencia además de dos conchas de vieira situadas en el almohadón sobre el que reposa la cabeza. Hablando de iconografía funeraria el uso de vieiras se asocia a la salvación. ¿Estará esta escultura pidiendo por la salvación del señor de la Sarrà? Es probable porque la salvación es un tema, más que recurrente, obsesivo en la escatología del medievo.
Detalle de ranas, gusanos y concha de vieira. [Foto de Web Gallery of Art (link)] |
Guillaume Harcigny y el ¿naturalismo?
1393
Museo de Arte y Arqueología de Laon (Francia)
Autor desconocido
Procedente del desaparecido cementerio de la iglesia de Cordeliers de Laon (Francia), hoy en día podemos admirar lo que queda de la transi de Guillaume Harcigny en el Museo de Arte y Arqueología de dicha localidad. Se trata de una escultura realizada en piedra caliza que anteriormente se apoyaba sobre una basa de mármol negro, hoy desaparecida, al igual que han desaparecido parte de los textos que llevaba grabados en dorado.
Procedente del desaparecido cementerio de la iglesia de Cordeliers de Laon (Francia), hoy en día podemos admirar lo que queda de la transi de Guillaume Harcigny en el Museo de Arte y Arqueología de dicha localidad. Se trata de una escultura realizada en piedra caliza que anteriormente se apoyaba sobre una basa de mármol negro, hoy desaparecida, al igual que han desaparecido parte de los textos que llevaba grabados en dorado.
Transi de Harcigny sobre losa. [Foto de Mélanie Demarle ©Musée d’art et d’archéologie du Laon] |
No puedo pararme en las biografías de todos los personajes, sin duda interesantes, pero es preciso señalar que Harcigny fue un médico muy importante en su época, incluso trató al rey Carlos V de Francia. También fue gran benefactor de la ciudad donde nació y vivió casi un siglo —Laon— y tal vez por ese motivo parte de su tumba haya llegado hasta nuestros días a pesar de los destrozos en el patrimonio que se llevaron a cabo en el tiempo de las revoluciones.
Fue el propio Harcigny quien expuso de forma precisa cómo quería que fuese su monumento funerario en los anexos de su testamento, anexos hoy en día perdidos. Se trata de un cadáver desnudo prácticamente momificado, cercano al esqueleto, que aún conserva gran parte de su cabello. ¿Quiso, tal vez, representarse en descomposición por su condición de galeno...?
Detalle de la cabeza, casi calavera, del transi. [Foto de Vassil / Wikimedia Commons (link)] |
Torso completamente hundido con las manos huesudas estratégicamente colocadas tapando los genitales. [Foto de G. Garican / Wikimedia Commons (link)] |
La piel y los músculos amojamados, casi más momia que humano, y los pies apoyados sobre un reposapiés. [Foto de G. Garican / Wikimedia Commons (link)] |
Cardenal Jean de Lagrange y la falsa humildad
1402
Petit Palais de Aviñón (Francia)
Escultura, excepto transi, atribuida a Ferté-Milon
Transi de Jean de Lagrange. [Foto © RMN – R.G. Ojeda / Petit Palais Avignon (link)] |
Fue el propio cardenal el que en su testamento explicaba cómo quería ser inhumado y dónde. La tumba, que se construyó en la iglesia de San Marcial de Aviñón, consistía en nueve filas llenas de esculturas exentas y bajo relieves, coronadas por un arco conopial, clásico del Gótico. A día de hoy aún se conserva un grabado en la Biblioteca del Vaticano que nos muestra la enormidad del monumento. De todo él apenas queda la transi, a ras de suelo, algunas partes del gisant y poco más que el grupo escultórico de la Anunciación de la quinta fila.
Gisant en alabastro del cardenal Lagrange, prácticamente destruída. [Foto de Sailko / Wikimedia Commons (link)] |
Solo el estudio pormenorizado de la transi tumba de Lagrange, donde reposaba únicamente su carne y vísceras (el esqueleto está en un nada modesto arcosolio dentro de la catedral de Amiens), nos podría ocupar una entrada en exclusiva.
Respecto a su transi representa una figura esquelética, con pelo y tonsura, desnuda casi en su totalidad aunque tapada estratégicamente con el paño arrugado sobre el que se apoya. El estilo de la transi difiere del resto de las esculturas de la tumba por lo que los expertos en la materia creen que fue ejecutada por otro artista diferente, cercano al círculo de Dijon. Es muy probable que Lagrange viera en algún momento la transi de Harcigny y se dejara influenciar por ella, incluso que mandara al mismo escultor esculpirla.
Detalle de la tonsura en el transi de Lagrange. [Foto de Sailko / Wikimedia Commons (link)] |
Encima del cadáver una filacteria en la que se lee un texto que vamos a encontrar a nivel conceptual en gran parte de las transi tumbas precursoras: pese a las grandezas y glorias que hayamos podido obtener en vida, somos polvo y comida para gusanos. En su epitafio, hoy perdido, pide por la salvación de su alma a través de la oración de aquellos que estén contemplando su sepulcro.
Una vez más nos encontramos con el tema de la salvación tan presente en el imaginario escatológico del hombre medieval. Además en la tumba de Lagrange se aprecia cierto desprecio a lo conseguido en vida, restándole importancia, queriendo proyectar una imagen de humildad a través de su cadáver. Humildad que no deja de ser, hasta cierto punto, falsa a tenor del imponente mausoleo que tendríamos delante.
Cardenal Henry Chichele y la salvación del alma
1424
Catedral de Canterbury, Kent (Gran Bretaña)
Autor desconocido
La tumba del cardenal Chichele en todo su esplendor, situada en la puerta homónima de la Catedral de Canterbury, actual epicentro de la Iglesia Anglicana. [Foto © Angelo Hornak / Alamy Stock Photo] |
Una de las curiosidades de esta sepultura es que fue mandada construir por su inquilino veinte años de que pudiera usarla. Algunas fuentes dicen que durante esos veinte años solo estaba la transi, a ras de suelo, algo habitual en las transis dobles medievales, y que una vez que el cardenal fue a dar con sus huesos ahí, se erigió el resto. No he conseguido averiguar si es cierto o no. Parecería extraño que lo hiciese así, pero ¿quién sabe?
El hecho de este adelanto en los acontecimientos es una de las peculiaridades de las tumbas inglesas: estamos ante un enterramiento dentro de una chantry chapel. No existe palabra en castellano para traducir este concepto. Las chantry son capillas mandadas construir por sus patrocinadores con el firme propósito de que todo el que pasara por delante de ellas rezara por el perdón de los pecados y la salvación de su ocupante. En los testamentos de estas personas ricas y poderosas se solían dejar cantidades de dinero importantes para que los miembros del cenobio al cargo del lugar orasen equis días al año por la salvación de su alma. Las chantry chapels fueron prohibidas en el año 1530, tras la Reforma, y muchas de las esculturas que las vestían fueron destruidas por los Puritanos.
La transi tumba doble, propiamente dicha. [Foto © Catedral de Canterbury (link)] |
Su transi muestra un cadáver amojamado, con los ojos y la boca aún entreabiertos, entre tres y seis horas después de morir, como era el deseo del cardenal Chichele. Está envuelto en un sudario anudado en la cabeza, aunque extendido por el suelo para dejar ver la casi la totalidad de la carne en descomposición, a excepción de las partes pudendas tapadas con parte de la tela y la mano rígida del difunto. Tanto en uno de sus pies como en la cabeza se han encontrado varias veces escrita la palabra "Emanuel" sin saber a ciencia cierta el por qué.
Detalle de la transi de Chichele. Se aprecia a la perfección el rigor mortis en los músculos de la cara, con boca y ojos ligeramente abiertos, y en la mano derecha a punto de caer. [Foto de M. Tarnavskaya / Flickr (link)] |
DE LA SALVACIÓN A LA RESURRECIÓN_
A finales del siglo XV, con el fenómeno transi plenamente instaurado en la Europa atlántica, empieza a cambiar el sentido de este tipo de enterramientos. Son las transi tumbas germanas las primeras en mostrar signos de cierto hedonismo y buen vivir —sin pasarse, que siguen siendo cristianos— en sus epitafios. ¿A cuenta de qué este cambio?
En estos años los europeos comienzan a afrontar el fin de sus vidas desde una perspectiva diferente a sus predecesores incluyendo el hecho de la resurrección como victoria ante la muerte entre sus ideario ultraterreno. Nos encontramos ante una visión más positiva puesto que morir no es sino estar más cerca de Dios. La vida, pues, como expresión de agradecimiento quedó reflejada en la estatuaria fúnebre esculpiendo transi que, si bien siguen siendo cadáveres, conservan cierto grado de belleza y sobre todo dignidad.
Serán los mausoleos de Margarita de Austria y Filiberto de Saboya, situados en el Real Monasterio de Brou en Bourg-en-Bresse (Francia), las que mejor ilustran este punto de inflexión.
Margarita de Austria y Filiberto de Saboya
1513
Real Monasterio Brou, Bourg-en-Bresse (Francia)
Arquitectura por Jean van Roome y otros autores. Yacentes y transi por Conrad Meit.
Me sabe mal dedicar dos líneas a estos impresionantes enterramientos, sobre todo por lo bien documentados que han llegado a nuestros días, tanto como para pedir un post propio. Os remito al ilustrativo reportaje de Toni Larrosa y Esther Celma para que podáis admirar con creces los detalles.
Señalar que, pese a que los sepulcros están localizados en terreno francés, se les suele considerar como obras flamencas puesto que los principales artistas que intervinieron en estos sepulcros procedían de los Países Bajos, territorios que gobernaba la propia Margarita de Austria.
Los transi, aún situados a ras de suelo, son de una delicadeza sobresaliente. Margarita aparece vestida —circunstancia hasta el momento extraña dentro de la moda transi— dejando ver tan solo sus pies, cabeza y la larga cabellera al estilo de María Magdalena. Un puntazo es que su cabeza esté girada de tal modo que mira hacia la transi tumba de su marido, Filiberto de Saboya. Porque, otra curiosidad, fueron matrimonio dicen que bien avenido, pero están separados para la eternidad en sendas tumbas.
Filiberto, más conservador en su hechura transi, aparece desnudo, sólo tapando sus genitales con una mano que manifiesta a la perfección el principio del entumecimiento provocado por la muerte.
Margarita de Austria, adosada a una de las columnas. [Foto Web Gallery of Art (link)] |
Filiberto de Saboya en el centro de la nave. [Foto Patrick / Flickr (link)] |
APOTEÓSIS Y DECADENCIA: LA BASÍLICA DE SAN DENIS_
El delirio final del fenómeno transi tumba se localiza en tres sepulturas monumentales que, en fin, piden a gritos su propio spin-off. Son las de tres reyes y reinas franceses que pueden admirarse en la basílica de San Denis de París.
Si en los sepulcros del Monasterio de Brou que acabamos de ver se comienza a dignificar al finado, en San Denis es la glorificación pura y dura de los inhumados la que se lleva la palma, representada a través de las hazañas bélicas esculpidas en diferentes partes de las tumbas además de las virtudes que las rodean.
Son muchos los detalles que pueden hacer notar que estamos ante unas transi muy diferentes a las del principio. Sin embargo, me gustaría señalar tres grandes diferencias entre todas las que existen, si nos ponemos a escarbar en los estudios académicos de estas tres espléndidas tumbas.
La primera es que son enterramientos de monarcas, es decir, de poderosos de primera fila. Es chocante encontrar transi tumbas de personas de tan alto nivel. Lo más habitual es que los usuarios del estilo transi fueran poderosos, desde luego, pero no de primer rango. En palabras modernas, y por explicarme mejor, los comitentes habituales vendrían a ser las personas —nobles, clérigos y ricos— justo por detrás de los más poderosos, es decir, tras reyes y papas.
La segunda, que se sirven de la fórmula de transi doble, pero no utilizan la pauta gisant + transi, sino priant + transi, o sea, la figura idealizada de los moradores de la tumba son orantes arrodillados y no yacentes.
Por último, las transi se elevan del suelo a la altura de los ojos, incluso un poco más arriba. Siguen conservando cierta belleza, son dinámicas y esconden detalles como los puntos de sutura de los cuerpos tras las labores de tanatopraxia oportunas, por lo tanto, son si cabe más naturalistas que las primigenias.
No voy a entrar en pormenores. Os dejo con un par de pinceladas, varias fotos —sobre todo detalles de las transi— de los tres mausoleos parisinos, a ver si en el futuro puedo escribir algo exclusivo sobre San Denis ;-)
Luis XII y Ana de Bretaña
1531
Basílica de San Denis, París (Francia)
Guido Mazzoni, Jean Perréal en el diseño. Esculturas y ejecución de la obra de Jean Juste y su taller.
Comisionada por su hijo Francisco I de Francia.
Luis XII en transi |
Ana de Bretaña en transi |
Francisco I y Claudia de Francia y tres de sus hijos
1558
Basílica de San Denis, París (Francia)
Diseño de Philibert Delorme. Obra de Pierre Bontemps, François Carmoy y François Marchand entre otros autores.
Comisionada por su hijo Enrique II de Francia.
Detalle de la cabeza en transi de Francisco I |
Claudia de Francia en transi |
Enrique II y Catalina de Médicis
1570
Basílica de San Denis, París (Francia)
Diseño de Francesco Primaticcio. Obra de Germain Pillon, Domenico Fiorentino, Girolamo della Robbia, Ponce Jacquio y otros.
Comisionada por Catalina de Médicis.
Catalina de Médicis en transi |
A MODO DE COLOFÓN_
Aunque no lo crean ustedes (aquellos de ustedes que hayan llegado hasta aquí), todavía podría seguir rajando sobre transi tumbas. Tal y como señalaba al principio de esta mega entrada, lo que aquí he volcado pertenece a una charla divulgativa sobre el fenómeno transi que expuse el pasado 16 de mayo de 2021 dentro del ciclo de conferencias organizado por Cementerios Patrimoniales de España en el marco del grupo para la investigación y difusión del patrimonio funerario.
La charla, a diferencia de este post, tiene un final diferente en el que les hablo de algunas de las transi tumbas que más me gustan o que me parecen diferentes al resto por una u otra característica particular. Y, sí, puedo decir que he encontrado transi tumbas patrias :-O La solución, si todavía tienen ganas de mambo funerario, en el video, a partir del minuto veintiocho ;-)
Hasta la siguiente entrada que, espero, sea más pronto que tarde.
Cal.
Notas al margen_
Si usted, querido lector, ve alguna de sus imágenes en esta entrada y no quiere que aparezcan en ella, sólo tiene que escribirme un email a missscalamity(at)yahoo(dot)es y comentarme su razón.
If you see some pics of yours in this post and you have any issue with that, feel free to drop me a line at missscalamity(at)yahoo(dot)es and let me know.
PD. Habrán notado que no incluyo la bibliografía y documentación que he utilizado para escribir este post, algo que suelo hacer normalmente con todas las entradas. Si están interesados en ella, no duden en escribirme un email a missscalamity(at)yahoo(dot)es y se la haré llegar. Es bastante extensa y no quería alargar más el escrito de hoy. En esta vida se puede ser de todo menos pesado ;-)
4 comentarios
Muy interesante Marisa, un mundo desconocido para mi y muy atractivo. Felicidades.
ResponderEliminar¡Gracias, Jose! Y gracias por haber llegado hasta el final porque, madre mía, es mi post más largo con diferencia (y aún así ¡queda tanto por contar!)
EliminarEs un tema que me apasiona y al que llevo dedicando un montón de tiempo. Me falta, entre otras cosas, hacerme un tour por Inglaterra, Francia y Países Bajos para ir completando de forma gráfica mis escritos. Tiempo al tiempo.
Pues... qué interesante! Llegué a usted porque estoy leyendo 'Un espejo lejano', de Bárbara Tuchman, donde cita el transi de Guillaume de Harsigny, el médico de Carlos V de Francia. Este libro es una ambientación magistral de la época de la Guerra de los 100 años, usando como guía a uno de sus personajes. No es una novela, sino una narración histórica basada en los cronistas (pocos) de la época. La autora domina (dominó, falleció en 1989) la puesta en escena social y política (una expresión del historiador Collingwood es anillo al dedo: 'enactment'). Había leído a Tuchman en `Los cañones de agosto', igualmente magnífica, tanto que se ve la mecha correr, sin remedio, hacia la Guerra del 14, todo un 'mundo de ayer' que se va al despeñadero. Le recomiendo estos libros, si no los ha leído!
ResponderEliminarUn cementerio monumental que recuerdo es el de Milán, pero no vi transi, aunque sí mucho naturalismo. Y sólo conocía esa manera de coquetear con los muertos en esas pinturas budistas que representan igualmente la corrupción corporal. Bueno, pues eso, qué interesante su artículo. Por qué nos gustarán estas cosas?
Bienvenido, Vendeano y gracias por el apunte. Desconocía por completo el libro y suena interesante. Trataré de leerlo porque profundicé poco en las biografías de los finados, la verdad.
EliminarItalia está «plagado» de cementerios monumentales. El de Milán es de los más importantes, pero no, que yo sepa, no hay transitumbas allí. Entre otras cosas porque el Monumentale milanés es un cementerio actual (del XIX para acá, vaya) y los estudiosos del fenómeno transi sitúan su explosión artística en torno a la Guerra de los Cien Años y su declive bien entrado el Renacimiento, aunque alguna transi posterior haya.
Lo del budismo esta bien traído. También lo señalan algunos investigadores como posible influencia en la construcción de este tipo de monumentos funerarios y, qué duda cabe, en las Danzas de la Muerte europeas.
De nuevo, gracias.
Eso que está pensando, aún no lo ha comentado nadie...