Anatomía de una tumba. El diseño de la sepultura del papa Francisco.

abril 29, 2025

Humilde es el adjetivo que más estoy oyendo al hablar sobre la tumba del papa Francisco de la cual tuvimos noticia hace apenas cuatro días. Pero creo que nada puede ser humilde si hablamos de un sumo pontífice. Por muy modesto y sencillo que Bergoglio haya sido en vida, no deja de ser un papa. Le honra que no haya tenido las pretensiones de Julio II o Alejandro VII con sus lugares de reposo eterno, ¡pero…! Y en este pero hay un análisis, que para eso gasto el poco tiempo libre que tengo en patearme cementerios y panteones ;-)

La fotos no son mías, ¡qué más me hubiera gustado! Fotografía Francesco Sforza | Vatican News (link)

Estamos frente a una sepultura minimalista, que no tiene que significar necesariamente humilde, sino que busca la expresión de lo esencial.

El propio santo padre dio indicaciones hace casi tres años en su testamento espiritual de cómo y dónde quería que fuese su lugar de reposo eterno: Pido que se prepare mi tumba en el nicho de la nave lateral entre la Capilla Paulina […] y la Capilla Sforza de la Basílica de Santa María la Mayor. […] El sepulcro debe estar en la tierra; sencillo, sin decoración particular y con la única inscripción: Franciscus.

Fotografía Claudia Greco | Reuters

Mi relación con el minimalismo es dispar. Me fascinan Dieter Rams y John Maeda, de la misma manera que David CarsonNeville Brody o Paula Scher, situados en las antípodas de la simplicidad. A veces me cuesta discernir si algo es minimalismo, simple vagancia o falta de aptitudes frente al diseño. Aunque aquí lo tengo más o menos claro ya que parece no se ha dado puntada sin hilo.

Render del diseño ofrecido por Vatican News tras conocerse el fallecimiento del papa Francisco (link)

En primer lugar, la basílica escogida. Santa María la Mayor ha sido destino final de siete sumos pontífices con anterioridad. Ahí mismo descansan Honorio III, papa que aprobó la regla de San Francisco de Asís, y Nicolás IV, primer papa franciscano.

Además, fue el primer templo mariano de la cristiandad y, según tengo entendido, la basílica patriarcal romana favorita del papa Francisco. Posee las reliquias del pesebre donde nació Jesús y la segunda Capilla Sixtina (menos conocida que la vaticana e igualmente impresionante) de la ciudad eterna. Vamos, que no es una iglesia cualquiera.

En segundo lugar, el material. Piedra de Liguria (capital Génova; la meca del arte funerario, no olvidarse), del lugar de los antepasados de Bergoglio, expreso deseo de él mismo. No es una losa cualquiera traída de no se sabe dónde. Tiene todo su sentido.

Creo que además hay algo de mármol (¿revistiendo las paredes?) de Carrara que ya es Toscana, pero pegandito a Liguria, y que tiene las canteras de mármol blanco más impresionantes del mundo de donde han salido las más bellas esculturas renacentistas y barrocas conocidas. De poderme hacer algún día algo con mármol más allá de la encimera de la cocina, yo también escogería este tipo de piedra 😊

Fotografía Claudia Greco | Reuters

Tercera cosa, mi terreno: la tipografía funeraria 😎 Romana capitular tintada. Cosa de emperadores romanos (ahí lo dejo). También es verdad que usar romanas para lápidas es algo tan habitual como echarle kétchup a las patatas fritas de hamburguesería, aunque se esté perdiendo esta buena costumbre en pro de las tipografías de fantasía que permiten las sosas inscripciones láser. Eso sí, haberse currado un poco más la elección de la fuente, no habría estado de más. Existen infinitud de romanas, incluso romanas para ser labradas en piedra, cosa que la Times New Roman no es (es para ser impresa en papel).

Lo que me parece un completo acierto, más allá de la forma de la letra, es ese tajante y afirmativo FRANCISCVS sin nada más alrededor, ¡oh, no me puede chiflar más! 💘 Sin embargo, llamadme loca, por las fotos que he podido ver, echo de menos un buen kerning entre la R, A y N, entre la C y la U (V)… 😵

También habría que echarle un vistazo a la inscripción que hay encima de la tumba del papa Francisco. Aprecio de refilón que es de Pablo V, sin duda anterior al presente. Tiene que ser interesante —y tal vez locuaz— leer lo que cuenta. (Si alguien en la blogocosa posee foto y quiere compartirla, que no dude en hacerlo.)

Por último, la iluminación. Hay muchas tumbas iluminadas a posteriori, sobre todo dentro de las iglesias, para poder apreciar su calidad artística o la importancia de su morador, etcétera, pero solo conozco una iluminada exprofeso: el panteón Risueño Ortiz, en el Cementerio General de València, que no es precisamente el colmo de la sencillez.

Esta luz resalta la única decoración que posee toda la tumba: la cruz pectoral que acompañó a todo el pontificado de Francisco, señal —esta vez sí— de su humildad.

Se me olvidaba. La rosa blanca, presente en la mayoría de las imágenes difundidas desde la Santa Sede y los medios de comunicación. Efímera, no me cabe duda, pero con gran carga simbólica. 

Fotografía Francesco Sforza | Vatican News

Santa María la Mayor fue fundada sobre un antiguo templo consagrado a la diosa Cibeles. La razón de su construcción habría sido una nevada que, al parecer, cubrió de blanco la ciudad de Roma a principios de agosto del año 358 d.C. Por ese motivo todas las vísperas del 5 de agosto se hace una lluvia de pétalos de rosa blanca dentro de esta basílica. Hasta hace dos papados —Juan Pablo II y Benedicto XVI dejaron de hacerlo— eran precisamente los santos padres los encargados de oficiar la ceremonia. Francisco retomó esta tradición.

Si no pueden acercarse en un momentín a Roma para visitar la tumba del papa, siempre pueden clicar en el Instagram de la Santa Sede para apreciarla en toda su magnitud.

¿Qué les parece? ¿Les gusta? ¿Les horroriza? Aquí debajo hay unas cajitas para que se explayen todo lo que quieran a modo de comentarios que serán gratamente recibidos y contestados 😉

Suya siempre,
Cal.


Nota al margen_
Al principio de este post hacía referencia a dos papas cuyas tumbas se podrían situar en las antípodas de ésta que he tratado de describir con el máximo respeto. A mí Francisco me caía fenomenalmente bien y creo que hizo algo muy importante y necesario: abrir las ventanas para que entrara algo de aire fresco. 

Todos, sin excepción, somos hijos de nuestro tiempo. Se habla continuamente de la humildad de la sepultura, pero no deja de enmarcarse dentro de las corrientes estilísticas actuales, que tienden al uso mínimo de recursos. Benedicto XVI, que no se caracterizó precisamente ni por su cercanía ni por su humildad, también tiene una lápida muy sencilla.

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